¡Hola a todos!

No puedo empezar (ni acabar) este mensaje sin dar las gracias. Gracias a tanta gente que ha hecho posible esta actividad. Una cantidad de gente, entre alumnos, profesores, científicos y organizadores a la que no harán justicia estas pocas palabras.

He disfrutado cada pregunta y cada chat con la ilusión de un niño que se sorprende al descubrir algo nuevo. Por eso he intentado estar presente en todos los chats, sabiendo que al otro lado había alumnos con curiosidad. Eso no sólo acerca posturas a la ciencia, sino que humaniza al científico que la ejerce. No podía ser más perfecto.

Nunca había participado en una actividad de divulgación de este nivel, aunque siempre he tenido muchísimo interés en divulgar ciencia, en acercarla a la gente. Supongo que cuando algo te apasiona, se crea esa necesidad latente de querer transmitirlo. Y con “Somos científicos ¡sácanos de aquí!” no es que haya “matado el gusanillo” de la divulgación, sino que se ha hecho más fuerte que nunca.

No me apunté a la actividad con ánimos de ganar (sé que esta expresión puede sonar a tópico pero es muy real en mi caso), sino para iniciarme en la divulgación. Ha supuesto un reto para mí. Poder simplificar una ciencia para hacerla entender a quien no se dedica a ella es complicado, importante y necesario. Tanto, que hacerlo con una disciplina tan desconocida como la cristalografía (tan compleja y cotidiana) me ha ayudado a hacer fácil mi discurso sobre lo que hago. Eso se lo tengo que agradecer a todos los alumnos. Ya no aburriré tanto a mis amigos y familiares cuando hable de mi trabajo.

El punto extra a todo esto ha sido ganar, algo con lo que no contaba y que se ha iba haciendo real a cada día de la última semana. Me permito el lujo de soltar otra frase de tópico pero muy real. Cualquiera podría haber ganado. Isa, Rubén, Félix o Margot son tan merecedores como yo del premio. En ellos me he visto refleja al transmitir con tanta pasión por su trabajo y por eso me parece tan adecuado este premio: porque gane quien lo gane, gana la ciencia. El premio no ha hecho más que incrementar mis ganas e ilusión por seguir transmitiendo ciencia y hacerlo cada vez mejor.

Me gustaría acabar con dos sentimientos. Uno: La ilusión de pensar que el mejor resultado de “Somos científicos, ¡sácanos de aquí!” no es el premio, ni siquiera despertar muchas vocaciones científicas, sino el de que muchos alumnos hayan desarrollado un interés por la ciencia más allá de querer dedicarse a ella, como cultura, como cualidad innata de la especie humana.

Y dos: las gracias (avisé al principio de que así acabaría) a todos los que han participado de un modo u otro en esta gran actividad que ha despertado la curiosidad de tanta gente. Porque dicen que la curiosidad mató al gato, pero para el humano es la llave del futuro.
Ojalá nos encontremos por el camino.

Un enorme abrazo a todos.